
Pixies se subió volteada. (Y hablo de la imagen).
Tantas veces de plantearme en la cabeza la mejor manera de publicar la siguiente entrada (no es que esto me importe demasiado). Empezó como no lo hubiese imaginado, por una casual rareza del internet que no me explico, que intente remediar y no fue así, que por lo tanto no gastare mis energías en hacerlo y aprovechare para emplearlo como inicio de mi mas reciente pérdida de tiempo.
Que... ¿Cómo estuvo el degenere musical? Si muy bueno, apretado y con una geta de mala gana por parte del vocalista al inicio del interminable eco de “uuuuuuuuuuuuuuu!! stop!” en "Where is my mind". Una primera segunda ronda con la repetición de "wave of mutilation" después del gritado "anchore" junto al estruendoso zapateo que se alzaba en el RIMAC de la UCSD - Uy uy uy! uso una de mis enciclopedias como papel de baño, envidia la neta, la escuela es inmensamente agradable- y una última y segunda o tercera ronda, acompañada del furor, sudor, ardor de las comiquísimas frases en español, tipo "...bien rica, bien chévere..." o "vamos a jugar por la playa" del encantador primer álbum "Surfer rosa". Dichosos fuimos al despedirles la gira, desdichados los guardias con cara de momias que solo se inmutaban al ver uno que otro bípedo volando sobre la audiencia, je. A pesar de todo esto y la eterna espera desde abril del evento que pareciera dejarme con un éxtasis de punta, con la sensación final de una presentación de lo mejor disfrutada, no me jactare de ello porque no lo fue, termine en casa con el mínimo de mi energía y unos ánimos nada alentadores, para colmo me pisaban los talones del sueño el molesto calor, unos progenitores algo inconformes y preocupados y la "amable" carga laboral del día siguiente. Claro que de esto pixies no tiene la menor culpa. Ellos lo hicieron bastante bien.
Por cierto, a su entrada, escenas de "Un perro andaluz" iluminaron las pantalles. Así ¿Cómo no esperar algo bello?.
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